Prácticas académicas de estudiantes  y profesores de posgrado  en el contexto  de la era Internet: Estudio de caso
  
Academic practices of graduate students and teachers in  the context of the Internet era: Case Study
  
Serafín Ángel Torres Velandia
  Universidad Autónoma Estado de Morelos,  México 
angelt@uaem.mx
Resumen
  En la sociedad de  principios del siglo XXI es indispensable reflexionar sobre  la función que cumple el  sistema educativo, en su nivel de posgrado,  desde la perspectiva pedagógica de las prácticas académicas de profesores y de  estudiantes, mediadas por las Tecnologías de la Información y de la  Comunicación (TIC). La investigación, como parte de una indagación  interinstitucional más amplia, tuvo como objetivo aportar elementos para el  diseño y desarrollo de un modelo educativo del posgrado mexicano, apropiado a  una economía basada en el conocimiento y en la innovación, que tienda a un  crecimiento  inteligente, sostenible e  integrador, con fuerte soporte en las redes telemáticas, en particular Internet,  a nivel nacional e internacional. Uno de los logros del estudio fue ubicar la complejidad  de los modelos innovadores del posgrado dentro de tres dimensiones  interrelacionadas: la docencia, la tutoría de la investigación y tesis así como  la gestión académica vinculada con factores individuales, organizacionales e  institucionales. 
Palabras clave: Prácticas académicas, mediación pegagógica-tecnológica, Modelo posgrado y redes digitales.
Abstract
  In the society of the  early twenty-first century it is essential to think about the role of the  educational system, graduate level, from the perspective of academic  pedagogical practices of teachers and students, mediated by the Information  Technology and (ICT). Research, as part of a broader inter-agency inquiry,  aimed to provide input for the design and development of, appropriate to an  economy based on knowledge and innovation, which tends to smart Mexican  graduate education model, sustainable and inclusive growth, with strong support  in the networks, including the Internet, nationally and internationally. One of  the achievements of the study was to locate the complexity of the innovative  models of graduate in three interrelated dimensions: teaching, mentoring and  thesis research and academic management linked to individual, organizational  and institutional factors.
Key words: Academic practices,  pegagógica technological mediation, Model graduate and digital networks.
  
Fecha recepción: Enero 2015 Fecha aceptación: Junio 2015
Introducción
  La fase de la  globalización en que se encuentra actualmente la humanidad ha sido posible, en  buena medida, gracias a la forma en que los sistema de información y de  comunicaciones – en especial las redes teleinformáticas- permiten trascender  las barreras espacio temporales y propician cambios substanciales en las formas  de comunicación, de relación y de enseñanza-aprendizaje. Las convenciones en  que se afianzan estas redes, así como las estrategias empleadas para asegurar  su funcionamiento son de vital importancia para poder entender cuál fue el  origen de esta nueva revolución y cómo se está llevando a cabo, principalmente,  en los ámbitos de los sistemas educativos de nuestro país y en otros similares  de nuestro entorno latinoamericano.
  En la sociedad de principios  del siglo XXI es indispensable reflexionar sobre  la función que cumple el  sistema educativo de  educación superior en general y de  modo específico el posgrado , como el más alto nivel  de dicho sistema, así como repensar las prácticas académicas de profesores y de  estudiantes en la producción científica y tecnológica mediada por las  Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), desde una perspectiva  fundamentalmente pedagógica. En este contexto es pertinente no perder de vista  que las instituciones educativas del nivel superior tienen como uno de sus  fines esenciales: “la  formación integral de personas —investigadores y profesionales- capaces de  incidir con perspectivas críticas y propuestas innovadoras y proactivas en el  mejoramiento de las condiciones de vida de la población” (Sánchez, 2008:24).
  Actualmente en muchas  universidades se han creado gigantescos acopios de conocimiento digital y  experimentado formas y métodos de uso de las TIC en la educación superior que  nutren la cultura, la política y la economía de los países del mundo  desarrollado, prioritariamente. La llegada de la era Internet ha hecho  imprescindible que las instituciones y entidades que trabajan con el  conocimiento replanteen sus estrategias de trabajo científico académico. Es  igualmente indiscutible que - a diferencia de hace pocas décadas, cuando se  originaron las primeras experiencias de la universidad en línea - en la época actual  la tecnología es mucho más madura, capaz de garantizar mejores resultados y  está más extendida en el entorno social. Este contexto traza nuevos retos para  las universidades y en particular para el posgrado y se constituye como un  nuevo objeto de estudio con hondas implicaciones en las prácticas pedagógicas  de la educación superior, principalmente.
  Una de las tareas  centrales de la universidad es alcanzar que los alumnos mejoren sus  aprendizajes con la utilización de las TIC. Para ello se requiere, como afirma  Marchesi, “configurar un nuevo escenario en las relaciones entre los profesores,  los alumnos y los contenidos de enseñanza, y hacerlo también en la evaluación  de todo el proceso de enseñanza y de aprendizaje (Marchesi, 2012: 7). Las reformas educativas de los gobiernos de la  región versan sobre la necesidad de mejorar los procesos de enseñanza y de  aprendizaje en relación a una mayor calidad, equidad e innovación, lo que  implica cambios en la estructura curricular y en las prácticas en el  aula, así como “transformar los contenidos y  prácticas pedagógicas en función de los nuevos soportes del conocimiento y los  cambios en el mundo del trabajo, repensar el papel y la formación de los  docentes, e introducir en la escuela las nuevas tecnologías de información y  conocimiento” (Hopenhayn, 2003:8).
Justificación
  La evidiencia de la  necesidad de la importancia de la implementación de este tipo de proyectos de  invesstigación se planeta desde dos trayectorias complementarias: 
  La primera responde a los  requerimientos institucionales de diseño de nuevas estrategias de formación y  actualización de personal académico mediante posgrados de alta calidad en  modaliades diversificadas. Dentro de las debilidades identificadas en el  Diagmóstico del Programa Institucional de CONACYT (PI), en relación a la formación de  capital humano de alto nivel, se menciona la baja proporción de la población que cuenta con  posgrado en comparación con otros países y el bajo número de miembros de la  Población Económicamente Activa (PEA) dedicada a labores de Ciencia, Tecnología  e Innovación (CTI). Sustenta esta limitación en los siguientes datos: “El  número de investigadores en CTI por cada 1,000 habitantes de la PEA es de 0.9,  en tanto en otros países esta proporción sube hasta 9, en el caso de Estados  Unidos y 7 en el caso del promedio de la Organización para la Cooperación y  Desarrollo Económico” (CONACYT, PI 2014-2018: 9). De  cara a solucionar esta carencia CONACYT se compromete en dicho PI a consolidar  su papel en la orientación de los recursos humanos y  de los programas de formación hacia las áreas prioritarias, así como elevar la  calidad de los mismos. 
  La segunda trayectoria se  vincula con la perspectiva personal académica de los autores de  este estudio vinculados a grupos de investigación o cuerpos académicos en  el que se participa implementando estudios sobre la introducción y los efectos  de las TIC en la educación superior de las universidades públicas estatales y  en políticas educativas, procesos institucionales y gestión.
  En publicaciones  recientes  se analiza el uso, apropiación y experiencias de los profesores universitarios  en relación a la inserción de las TIC en las asignaturas que imparten en sus  respectivas áreas de conocimiento, específicamente a nivel pregrado y posgrado.  Para revelar el papel que juegan las redes teleinformáticas en las prácticas  académicas de los programas de los posgrados de las Universidades Públicas  (UPs), este proyecto se aboca a indagar qué acontece con el empleo de las TIC  en el máximo grado académico (maestría y doctorado) que ofrece el sistema  educativo mexicano y qué alternativas pueden contribuir a un mejor  aprovechamiento de las potencialidades de la redes digitales.
Problemática 
  Muchas universidades,  sobre todo en los Estados Unidos, están experimentando nuevas formas de hacer  la educación en línea. Se están difundiendo los Cursos en Línea Masivos y  Abiertos (MOOC)  por sus siglas en  inglés) o sea  que involucran un numero  más grande de estudiantes. Se desarrollan también iniciativas como la aplicación informática multiplataforma libre que se usa para grabación y  edición de audio, denominada Udacity   . Asimismo, cada día cobra  mayor relevencia el programa Coursera como una plataforma de educación virtual  gratuita nacida en octubre de 2011 y desarrollada por académicos de la  Universidad de Stanford, con el fin de brindar oferta de educación  masiva a la población mundial con 63 universidades, más de 121 cursos en diversos  idiomas y cerca de  2 millones de  estudiantes  . 
Las estadísticas manifiestan  que  el número de matriculaciones en estudios de posgrado se han multiplicado en  europa a pesar de la actual situación económica y las altas tasas de desempleo, sobre todo, entre los más jóvenes.  Este contexto no solo incrementa la matriculación de carreras universitarias,  sino que ha disparado la demanda de másteres en los últimos años. El incremento de alumnos universitarios  respecto al curso anterior es de un 1,7%, donde destaca, por ser especialmente significativo, el aumento de  estudiantes en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), con una  subida de 14,7% (Agencia Mastermas, 2012). 
  Los entusiastas de la  tecnología tienden a reducir el papel de la universidad a la operación  de transferir las ideas y nociones en las  mentes de los estudiantes, que, por cierto, constituye una función que las  universidades virtuales son principalmente capaces de ofrecer. Se puede hablar  de una visión utópica y optimista sobre el impacto de las TIC en la educación.  Por ejemplo, Shirky (2010), profesor de la  Universidad de Nueva York, recientemente subraya la tesis de que la tecnología  actual permite hacer de una manera mucho más eficiente lo que las universidades  hacen de una manera muy cara (sobre todo en los EE.UU). Por otra parte, se  sigue operando una concepción que se puede definir  como distópica, aunque hoy en gran parte  mitigada, que reivindica un papel de la universidad como una institución que  desempeña un papel científico y   corporativo autónomo (Babson College, 2012).
  La cuestión decisiva es  otra: ¿Las universidades son realmente fábricas para la inclusión de los  conceptos en la mente de los estudiantes? La universidad, sin embargo, como lo  ha sido en su configuración desde hace 200 años, es mucho más.  Hoy es un espacio donde se reúnen y  participan las personas que han decidido dedicar su vida al conocimiento, los  profesores, con otras personas que tienen el deseo de aprender y crecer, los  estudiantes.
  Los maestros enseñan, pero también hacen investigación y de esta manera mejoran  el entendimiento  que la sociedad tiene  de sí misma y del mundo, a la vez que mantienen viva su enseñanza. En el mismo  espacio, los estudiantes, aprenden, con los maestros y con sus compañeros, a  usar el cerebro para convertirse no sólo en trabajadores productivos, sino  también en seres humanos y ciudadanos conscientes. Y siempre en los mismos  espacios profesores y estudiantes se abren a la sociedad para discutir - en  público y con racionalidad - los muchos temas de interés general relacionados  con el futuro de todos.
  El modelo de la Academia es el propio de los científicos (Himanem,  2001). Este paradigma sitúa el trabajo científico para que  otros utilicen la obra y la desarrollen aún más. El modelo de Academia persigue valores importantes y  un alto contenido ético en la investigación y las metodologías de investigación  que educan a los miembros de la academia para el uso de la libertad, la crítica  y el debate. 
  La universidad, en fin, se ofrece como un espacio  donde se cultiva, se transfiere  y se  disemina el conocimiento crítico para beneficiar a la comunidad. Las casas de  estudio superiores constituyen un espacio profundamente redefinido y en  constante re-definición gracias a las nuevas tecnologías de comunicación e  información. En todo esto, la red es sin duda un valioso aliado de la  universidad, en muchos niveles, algunos de los cuales ya está claramente  definido cómo y bajo qué parámetros funcionan las clases en línea, y otros, sin  embargo, aún está por descubrirse. Este es el verdadero reto de extraordinario  interés, que enfrenta la universidad en general y en particular los cursos de  posgrado.
  Las necesidades de  desarrollo del posgrado en México exigen de los diversos actores creatividad y  apertura para proponer y disponer de estrategias y nuevas modalidades que  permitan atender con calidad los retos de este nivel educativo. Las tecnologías  de la información han jugado un papel relevante en el desarrollo de nuevas  modalidades y opciones para atender a los estudiantes, apoyar el avance del  conocimiento, el intercambio de experiencias y para integrar redes de  investigación y formación que eliminen las barreras geográficas e  institucionales dando viabilidad a los programas.
  El incremento general de matriculaciones   en el posgrado en México (ANUIES, 2012) ,  si bien en el sector público ha disminuido ligeramente en especialidad y  maestría (y aumentado en el sector privado), en el doctorado ha tenido un  fuerte incremento de más del 50%, lo que subraya la importancia de considerar  atentamente el rol de dicho nivel educativo.  
  En el caso concreto del  Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), de CONACYT, se contaba en  2006 “con 680 registros de programas de los cuales 33.2%, correspondía a  doctorado, 58.7% a maestría y 8.1% a especialidad. Para 2012 el registro  aumentó a 1,583 programas, 31.3% de doctorado, 58.5% de maestría y 10.2% de  especialidad. En este mismo año, el 65.1% de los programas inscritos en dicho  padrón correspondió a áreas científicas y tecnológicas y el 34.9% a ciencias de  la conducta, sociales y humanidades” (PI CONACYT 2014-2018:10). Como lo reflejan los datos  anteriores, el programa de maestrías en el padrón de excelencia del CONACYT ha  tenido una fuerte expansión (58.5%), muy en consonancia con lo que actualmente acontece en la  Comunidad Europea. 
  Lo anterior nos conduce a  plantear algunos interrogantes provisionales: ¿Cuál es la dialéctica entre la  tecnología y conocimiento? ¿Qué tipo de relación se establece entre la  tecnología y el aprendizaje? ¿Qué rol  juegan los actores educativos, internet y las redes sociales en el contexto de  la expansión de los posgrados de las UPs?
  
Referentes teóricos  
  Es pertinente precisar el  significado de lo que rutinariamente se entiende por prácticas académicas.  Este concepto se utiliza para designar las actividades de enseñanza aprendizaje  formales o informales establecidas en los distintos programas institucionales  de posgrado y que corresponden a las actividades a llevarse a cabo dentro y  fuera del aula. Según Piña éstas prácticas están basadas en aquello que  solicitan los profesores a sus alumnos como requerimientos indispensables para  acreditar los cursos y seminarios  y se  refieren “a la frecuencia y la forma como se estudia, a la elaboración de  apuntes y trabajos a lo largo del semestre, a la participación en clase, al  diseño de la investigación educativa para que culmine en un trabajo de tesis,  entre otras cosas” (Piña, 2013:110) . 
  Como parte integrante del encuadre teórico se  enuncian los siguientes constructos: 
Las tecnologías no son  sólo vehículos para acelerar y facilitar la difusión del conocimiento sino,  como expresión del conocimiento, ellas mismas se vuelven cada vez más esencia  de los procesos de difusión de los saberes y de las relaciones  sociales. En este sentido, como afirma Lizarazo “es fundamental reconocer no  sólo que la tecnología transforma las sociedades que la producen y la consumen,  sino que dicha tecnología es transformada por las sociedades en que es usada y  generada” (Lizarazo, 2011:335). De este modo lo que instituye el sentido  pedagógico de los dispositivos tecnológicos es su uso en un determinado e  histórico entorno sociocultural.
  Por tanto, la tecnologíacrea nuevos conocimientos y nuevas  herramientas de aprendizaje, estructura los procesos de producción y difusión  del conocimiento, enriquece el modelo educativo y las modalidades de aprendizaje.  Del mismo modo, las relaciones sociales se transforman a partir de los avances  tecnológicos. 
  En el campo de la  educación superior y posgrados se genera cambios sustantivos no sólo en los  modos de enseñar y de aprender sino también en la estructura curricular y  modelos educativos universitarios. Las herramientas digitales como extensión de  los recursos de producción y disiminación de los saberes modifican los  escenarios académicos. Para  Dussel  estamos ante una innovación de gran envergadura en las formas de producir y  circular los conocimientos, se trata de “una reestructuración de lo que  entendemos por conocimiento, de las fuentes y los criterios de verdad, y de los  sujetos autorizados o reconocidos como productores de conocimiento” (Dussel,  2011:16). Una prueba de estos cambios se evidencia en la nueva propuesta –ya  mencionada- de cursos de acceso libre que el sistema Coursera ofrece a nivel  global a través de las redes sociotécnicas.
La relación entre TIC y  desarrollo de conocimiento es parte de aquel proceso de capacitación que  Amartya -economista y premio Nobel-, ha puesto de relieve con la distinción  entre los recursos y las capacidades. La capacidad es una variable intermedia  que le permite al sujeto optimizar el acceso a los recursos. El bienestar de  las personas depende no sólo de la cantidad de recursos disponibles, sino  también de la capacidad de acceso y uso de estos recursos para generar nuevos  procesos y modelos de aprendizaje (Amartya, 2007).
  Una  propuesta innovadora en la educación superior implica que los estudiantes dejen  de ser objetos de los planes y programas de estudio para convertirse en sujetos  de su propio quehacer educativo y que puedan asumir el compromiso de innovar y  producir nuevos conocimientos que contribuyan a superarse a sí mismos y a  transformar su hábitat colectivo, apoyados por nuevos recurso pedagógicos y  tecnológicos. 
  La formación para un desarrollo profesional de  alta calidad implica no sólo la adquisición de competencias tecnológicas sino  también el ejercicio de habilidades humanas tipo comunicativo, pedagógico, investigativo y de gestión, que incidan en los  cambios paradigmáticos del sistema nacional de posgrado (MinEducación,  2013) . 
  3. Aprendizaje y procesos de cooperación. Los procesos de educación  impulsan a participar en el crecimiento y la diseminación del conocimiento. Un  proceso que proporciona información y herramientas calificadas también debe ir  acompañado de procedimientos que promuevan la cooperación y que tiendan a ser  más estables y menos volátiles y limitados los modos y formas de aprender. 
  T.Wagner (2011) (citado  en Pérez, 2012) enfatiza la necesidad de que profesores y estudiantes  consideren “la importancia de la colaboración a lo largo de las redes sociales  y los grupos de trabajo virtuales” y expresa que “es una competencia exigida  por la economía de la infomación como por las exigencias de las democracias  comtemporáneas en la era digital” (Pérez 2012:163). Los avances pedagógicos actuales  propician que los nuevos paradigmas educativos cambien los métodos  de la enseñanza y del aprendizaje, que se transite de un modelo centrado  históricamente en el maestro a otro donde el estudiante junto, con su grupo de  pares, se constituye en el principal responsable de su avance académico, lo que  genera mayores posibilidades de encontrar formas colaborativas e innovadoras de  enfrentar con éxito los desafíos educativos y culturales de este nuevo siglo. 
  
Objetivo general
  El proyecto tiene como  objetivo contribuir al diseño y desarrollo de un modelo educativo para el  posgrado, adecuado a una economía basada en el conocimiento y en la innovación,  que tienda a un crecimiento  inteligente,  sostenible e integrador y que fomente la creación de un círculo virtuoso útil a  las universidades públicas estatales, con fuerte soporte en las redes  telemáticas, en particular Internet, con cobertura nacional e  internacional. 
Objetivos particulares
Metodología 
  Para acceder al objeto de  estudio se empleó un enfoque metodológico eminentemente cualitativo para el  análisis de los factores implicados. Un rasgo del trabajo académico  universitario es su complejidad vista desde tres campos: la docencia, la  conducción de la investigación y el trabajo de gestión supeditados a factores  individuales, organizacionales e institucionales. 
  Sin bien la medición de  tipo cuantitativa es pertinente cuando se trata de abordar objetos de estudio a  gran escala, en esta indagación centrada en el método de estudio de caso lo  estratégico es usar una metodología cualitativa que permita, de acuerdo con  Goetz y LeCompte (1988), analizar las actividades académicas de los profesores  y estudiantes de posgrado en el contexto en el cual se desempeñan pues se  facilita más el conocimiento de su visión del mundo universitario y de sus  prácticas académicas. Según los autores que se acaban de mencionar, la  metodología cualitativa al ubicarse dentro de la escuela interpretativa indaga  la construcción y reconstrucción de la realidad social de los actores a través  de la interacción con otras personas de la comunidad académica, desde la  interpretación que ellos mismos efectúan (Goetz y LeCompte,1988).
  En este contexto, para  Walker (2005) el estudio de caso es una estrategia más que una combinación de métodos.  Es una forma de pensar acerca de la investigación, del diseño del estudio y de  la relación con la evidencia. El estudio de caso reconoce, según Torres et al.,  (2013), una variedad de técnicas: observación participante, entrevistas, grupos  focales y fuentes documentales, entre otras. 
  La presente investigación  emplea dos técnicas de las mencionadas: las fuentes documentales descriptivas,  con proyección de inserción en la realidad empírica. De acuerdo con Bisquerra,  en los estudios descriptivos no se manipula ninguna variable, sólo se observan  y describen los fenómenos estudiados; además para este autor, la investigación  documental o bibliográfica consiste en la búsqueda, recopilación, organización,  valoración y crítica sobre temas específicos (Bisquerra, 2000). La segunda  técnica hace referencia a la entrevista semi-estructurada, desde la perspectiva  cualitativa del estudio de caso, pues éste constituye una estrategia que  incluye los métodos que buscan la máxima comprensión de un fenómeno desde  la misma experiencia (Yin, 1994). 
  El método de estudio de caso se puede  conceptualizar como un examen  intensivo y en profundidad de diversos aspectos de un mismo fenómeno. Este  procedimiento de análisis de la realidad social es utilizado frecuentemente por  las ciencias humanas y sociales con predominancia en la investigación educativa  (Soto, s/f). Para los expertos en el tema, el estudio de caso es un diseño  particularmente adecuado en las situaciones donde es imposible separar las  variables del fenómeno en su contexto (Yin, 1984). 
  Se ha elegido este tipo de estudio por el interés de un acercamiento a  la intuición, el descubrimiento y la interpretación más que en la comprobación  y comprensión de hipótesis; asimismo, la validez y el carácter probativo depende de  su naturaleza, de su autenticidad y no de su frecuencia o de su  representatividad con respecto a un promedio estadístico. Otra de las  cualidades de este método consiste en que los estudios se suelen centrarse en  niveles “micro” del sistema, sin que ello margine el análisis de perspectivas  más amplias relacionadas con las estructuras de la sociedad. 
  
Bosquejo  de actividades
  El proceso de desarrollo de los proyectos de  investigación no posee un carácter lineal, se construye en espiral que excluye  una programación rígida e inmodificable. Sin embargo, para obtener resultados  en tiempo y forma es pertinente determinar fases y periodos de avances. Se  señalan los siguientes:
De obtenerse recursos para financiamiento del presente proyecto se participará en eventos académicos nacionales e internacionales para la presentación y difusión de los avances.
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