La  Escala Latinoamericana y del Caribe sobre Seguridad Alimentaria (ELCSA): Una  herramienta confiable para medir la carencia por acceso a la alimentación
  
  The Latin American and  Caribbean Food Security Scale (ELCSA): a reliable tool to measure lack access to  food
  
  A Escala América Latina e Caribe  Segurança Alimentar (ELCSA): Uma ferramenta confiável para medir a falta de  acesso a alimentos
  
DOI: http://dx.doi.org/10.23913/ricsh.v6i11.118
  
    José Luis Carmona Silva
  Colegio de Postgraduados Campus Puebla,  México
  jlcarmonas@yahoo.com.mx
Juan Alberto Paredes Sánchez
  Colegio de Postgraduados Campus Puebla,  México 
Japs52@yahoo.com.mx
Alfonso Pérez Sánchez 
  El Colegio de Tlaxcala, A.C., México
  alfonsops65@yahoo.com.mx
  Resumen
  Descubrir la metodología y herramientas  apropiadas para medir la pobreza de manera certera ha sido un objetivo dinámico  y perfectible de los investigadores interesados. El cambio conceptual de la  medición de la pobreza en México -que ha pasado de ser una consideración  unidimensional a una multidimensional basada en derechos sociales universales-,  ha dado como resultado que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de  Desarrollo Social (CONEVAL) desarrolle toda una metodología de la medición  multidimensional de la pobreza, con la que se cuantifica la carencia social de  acceso a la alimentación. La medición de esta carencia representa retos  específicos ya que su relación con la Inseguridad Alimentaria es manifiesta, y  las escalas de seguridad alimentaria basadas en experiencias vividas por los  integrantes de un hogar, aparecidas a finales de la década de los años ochenta  del siglo pasado en Estados Unidos, han demostrado que miden lo que pretenden.  La ELCSA es el resultado de múltiples experiencias anteriores con escalas de  medición de inseguridad alimentaria en el hogar, validadas tanto en Estados  Unidos como Brasil, Colombia, México y otros países de América Latina y el  Caribe. México ha adoptado la ELCSA como un instrumento para medir el acceso a  la alimentación, uno de los indicadores de carencia social en su metodología  para la medición multidimensional de la pobreza.
  
  Palabras clave: Escala  Latinoamericana y del Caribe sobre Seguridad Alimentaria, carencia por acceso a  la alimentación, medición multidimensional de la pobreza.
Abstract
Discover the methodology and appropriate tools for measuring poverty in  certain way has been a dynamic and perfectible goal of interested researchers.  The conceptual change of the measurement of poverty in Mexico - that has gone  from being a one-dimensional consideration to a multidimensional universal  social rights-based -, has resulted in the National Council for the Evaluation  of Social Development Policy (CONEVAL) to develop a whole methodology of the  multidimensional poverty measurement, which is quantified social lack of access  to food. The measurement of this lack represents specific challenges as their  relationship with Food Insecurity is evident, and food security scales based on  experiences of the members of a household, appeared at the end of the Decade of  the eighties of the last century in the United States, have shown that they  measure what they claim to. The ELCSA is the result of multiple previous  experiences with scales of measurement of household Food Insecurity, validated  in United States such as Brazil, Colombia, Mexico and other countries of Latin America  and the Caribbean. Mexico has adopted the ELCSA as an instrument to measure the  access to food, one of the indicators of social deficiency in its methodology  for the multidimensional poverty measurement.
Resumo
  Descubra a metodologia e ferramentas  adequadas para medir a pobreza maneira exata tem sido uma meta dinâmica e  perfectível dos pesquisadores envolvidos. A mudança conceitual na medição da  pobreza no México, que tem crescido a partir de uma análise unidimensional a um  dos direitos sociais universais multidimensionais baseada, resultou no Conselho  Nacional de Avaliação da Política de Desenvolvimento Social (CONEVAL)  desenvolve toda uma metodologia de medição da pobreza multidimensional, com o  qual a falta social do acesso à alimentação é quantificada. Medir essa lacuna  representa desafios específicos e sua relação com a insegurança alimentar é  manifesto, e escalas de segurança alimentar baseado experimentado por membros  de uma experiências domésticas, surgiu no final da década dos anos oitenta do  século passado Estados Unidos, mostraram que medida o que eles pretendem. O  ELCSA é o resultado de muitas experiências anteriores com escalas de medição  insegurança alimentar em casa, validado tanto os EUA eo Brasil, Colômbia,  México e outros países da América Latina e do Caribe. México adotou a ELCSA  como um instrumento para medir o acesso à alimentação, um dos indicadores de  privação social em sua metodologia para medir a pobreza multidimensional.
  
  Palavras-chave: América  Latina e Caribe Scale segurança alimentar, a falta de acesso a alimentos,  medição multidimensional da pobreza.
  Fecha Recepción: Junio 2016     Fecha  Aceptación: Diciembre 2016
Introducción
  El Consejo Nacional de Evaluación de la  Política de Desarrollo Social (CONEVAL) tiene un lema estructuralmente atinado cuyo  contenido es irrefutable: “Lo que se mide se puede mejorar”.
  La dimensión objetiva de cualquier  fenómeno aumenta las posibilidades de su comprensión y, por lo tanto, de la  toma de decisiones apropiadas, preventivas o correctivas que garanticen su  extinción, su decremento o su aumento, según sea el caso.
  La Seguridad Alimentaria es una aspiración  universal, formalizada cuando la ONU reconoció en 1948 que era un derecho  formal de la humanidad, asentado en la Declaración Universal de los Derechos  Humanos. Los movimientos y acciones que suscitaron esta declaración sólo  encontraron eco de forma esporádica en situaciones extremas que se vivieron en  algunas regiones de nuestro planeta. La presión, sobre todo de organizaciones  no gubernamentales (ONG), llevaron a la Organización de las Naciones Unidas  para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a convocar a la Cumbre Mundial de  la Alimentación celebrada en el año de 1996, de donde surgió la definición más  importante sobre Seguridad Alimentaria: “Todas las personas tienen en todo  momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos  para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los  alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana” (FAO, 1996).
  El interés de este trabajo radica en la  propuesta de una herramienta confiable que mida la contraparte de la Seguridad  Alimentaria, para lo cual la Inseguridad Alimentaria se define como la  disponibilidad limitada o incierta de adquirir alimentos adecuados en formas  socialmente aceptables. Se sabe que, incluso en los países desarrollados,  existen grupos vulnerables que padecen Inseguridad Alimentaria, y que también hay  países enteros o grupos mayoritarios en los que persiste con alta prevalencia.  Sin embargo, no se tiene certidumbre del número exacto de hogares que padecen  este fenómeno, como tampoco el grado de severidad de Inseguridad Alimentaria  que enfrentan. Esta circunstancia, sobre todo la toma de conciencia sobre la  importancia de combatir adecuadamente este fenómeno, condujo a la búsqueda de  un método que de manera científica lo midiera, con el objetivo de identificar más  precisamente los grupos de riesgo y de mayor vulnerabilidad para enfrentar el  problema con mayor eficacia.
Cuando se habla de Inseguridad  Alimentaria el problema no se dimensiona con objetividad ya que parece más  conceptual que real; sin embargo, si lo relacionamos con pobreza y sobre todo  con pobreza extrema, entonces se delimita mejor: hablamos de personas que no  tienen qué comer, de hombres, mujeres y niños que tienen hambre y que no disponen  de suficientes alimentos en su hogar. El hambre es la manifestación más abierta  de la Inseguridad Alimentaria, la experiencia más excluyente de la sociedad. En  esta situación se encuentran más de 800 millones de seres humanos (Simoes, 2001,  p. 933); en México, cerca del 25 % de la población no tiene suficiente acceso a  la alimentación (CONEVAL, 2012, p. 49). Estas cifras alarmantes impulsan la  búsqueda de métodos y herramientas confiables y eficaces que midan  objetivamente la Inseguridad Alimentaria en grupos o sectores específicos, con  el fin de diseñar programas selectivos que la combatan. 
Planteamiento
  Hay tres temas importantes a considerar:  la carencia por acceso a la alimentación, la medición de dicha carencia, y la Escala  Latinoamericana y del Caribe de Seguridad Alimentaria.
  El primer tema está íntimamente relacionado  con la Seguridad Alimentaria y esta, a su vez, con la pobreza, a tal grado que  puede establecerse una relación secuencial: a mayor pobreza corresponde menor  Seguridad Alimentaria y si extremamos esta relación diríamos que la pobreza  extrema origina el hambre. Este concepto suele ser relegado debido a su crudeza,  pero aun así representa el signo más visible, más empírico de la Inseguridad  Alimentaria en su máxima expresión.
  La razón de ser del concepto de Carencia  por Acceso a la Alimentación se remonta a 2001 cuando la Secretaría de  Desarrollo Social (SEDESOL) reunió a un grupo de expertos que conformaron el  Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (CTMP), el cual basándose en la  Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares del 2000 (ENIGH, 2000)  determinó la existencia de tres niveles de pobreza: pobreza de patrimonio,  pobreza de capacidades y pobreza alimentaria. Esta metodología se basó en el  ingreso de los hogares, de ahí que se considere un modelo unidimensional de la  medición de la pobreza.
  El 20 de enero de 2004 se promulgó la  Ley General de Desarrollo Social (LGDS), cuyo artículo 6 menciona los derechos  para el desarrollo social, siendo uno de ellos la alimentación.
  La política social intuye la necesidad  de idear mecanismos institucionales de evaluación y seguimiento de las  políticas de desarrollo social, por lo que se creó el Consejo Nacional de  Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), organismo que asume  como una de sus tareas el cumplimiento del artículo 36 de la LGDS, el cual determina  que este consejo debe emitir los lineamientos y criterios para la definición,  identificación y medición de la pobreza, considerando un número determinado de  indicadores además del ingreso.
  Así, la metodología para la medición  multidimensional de la pobreza en México fue elaborada por el CONEVAL con base  en la LGDS, en las propuestas de especialistas y en el conocimiento científico  y técnico sobre este tema (CONEVAL, 2014). Uno de los indicadores determinantes  del carácter multidimensional de la pobreza es el acceso a la alimentación, sin  embargo, este concepto es el que más dificultades conceptuales, técnicas y  metodológicas presenta para su medición, de ahí que diversos organismos  internacionales e instituciones desarrollaran el concepto de Seguridad  Alimentaria. Como se ha expuesto, de acuerdo con la FAO (2006), la seguridad  alimentaria comprende el acceso en todo momento a comida suficiente para llevar  una vida activa y sana. Este concepto de Seguridad Alimentaria se encuentra  extremadamente vinculado al de acceso a la alimentación, por lo que se  considera que si el primero se mide de manera atinada también se estará  midiendo apropiadamente el indicador de carencia a la alimentación.
Medición de la  Seguridad Alimentaria
  Partimos de la premisa de que midiendo  la Seguridad Alimentaria estamos midiendo la carencia por acceso a la  alimentación; revisando los esfuerzos públicos y privados que se han llevado a  cabo para diseñar métodos y herramientas que midan de manera veraz la Seguridad  Alimentaria, se descubre que son cinco los métodos más usados para evaluar la  magnitud de la Inseguridad Alimentaria.
Metodología de la FAO. Fiel  a la definición que maneja este organismo, se utiliza un método que mide por  separado las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: disponibilidad,  acceso, estabilidad y utilización, cada una con sus propios indicadores. La  metodología de la FAO ha sido objeto de amplios debates, pues se basa en la  estimación de la ingestión insuficiente de energía alimentaria durante más de  un año, pero no puede registrar las fluctuaciones de esta ingesta energética  dentro de un mismo año. Por otra parte, es laboriosa, ya que la suma de los  indicadores de la seguridad alimentaria pertenecientes a las 4 dimensiones es  31, a cuya totalidad se deben hacer estimaciones (FAO, FIDA, PMA, 2015).
  Este método también requiere de  especialistas que lleven a cabo la distribución de frecuencias del consumo de  alimentos (expresado como energía alimentaria), que determina el punto límite  de la insuficiencia de la ingesta (FAO, 2002). 
  En resumen, este método se basa en la  comparación del consumo habitual de alimentos, expresado en términos de energía  alimentaria (Kilocalorías=Kcal), con las necesidades energéticas mínimas (FAO,  2008).
Utilización de encuestas sobre  gastos de los hogares para evaluar la inseguridad alimentaria. Esta  metodología tiene una cualidad importante, ya que permite obtener informaciones  variadas sobre abasto, acceso y diversidad de alimentos, sin embargo, este  método aún se puede considerar unidimensional. Por otra parte, el cuestionario que  se aplica es demasiado extenso y pormenorizado, además de que tiene el  inconveniente de que los costos de recopilación y cómputo en tiempo, recursos  financieros y conocimientos técnicos son muy elevados (FAO, 2002). Por último,  se piensa que las estimaciones obtenidas pueden llegar a estar sesgadas debido  a diversos errores sistemáticos relacionados con el muestreo. Uno de los  principales problemas que se atribuyen al trabajo con esas encuestas es que los  resultados no son comparables entre países (FAO, 2002, p. 19).  
  Métodos de encuesta sobre la  ingesta individual de alimentos. La principal limitante  que se atribuye a este método es la notificación de valores inferiores a los  reales, es decir, cuando se trata de este tipo de encuestas se debe lograr un  alto grado de colaboración con el sujeto encuestado, además de que se tiende a  la “victimización”. Otras limitaciones del método son la logística y su costo. Por  tanto, se concluye que dicho método es muy útil para la validación de otros  métodos más convenientes que evalúan la seguridad alimentaria.
  Medición del estado nutricional a  partir de datos procedentes de encuestas antropométricas. La  FAO debe proporcionar cifras reales sobre la situación y el alcance del  problema nutricional para ayudar a los países miembros a que vigilen y den  seguimiento a los programas que implementan para combatir el problema de  inseguridad alimentaria. En el pasado, uno de los métodos más confiables para  medir el estado nutricional eran las mediciones antropométricas, que examinan  puntos límites basados en la relación entre los índices antropométricos  nutricionales y las deficiencias funcionales, la morbilidad y otros datos que  tienen que ver con las consecuencias de la insuficiencia de alimentos. En la  actualidad, este método ha sido sumamente cuestionado porque se ha descubierto  que se encuentra plagado de dificultades relacionadas con la obtención de  datos, los cuales no necesariamente reflejan la suficiencia del consumo de  alimentos o de la energía porque en ellos influyen otros factores ambientales  que intervienen en las medidas antropométricas.
  En México, las medidas antropométricas  son usadas para medir los estados nutricionales a través de la Encuesta Nacional  de Salud y Nutrición (ENSANUT). Sus resultados, además de ser presentados  oficialmente, se aprovechan para el análisis de las variables que se manejan  (Shamah, Mundo, Rivera, 2014): “La magnitud de la inseguridad alimentaria en  México: su relación con el estado de nutrición y factores socioeconómicos”.
  La ENSANUT obtiene el estado nutricional  a base de mediciones de peso y talla o longitud en menores de 5 años. Salta a  la vista que este método requiere personal especializado para la obtención de  datos confiables, ya que de lo contrario su veracidad estaría en duda. Otro  elemento importante es que no existen datos antropométricos sobre adultos.  
  Mediciones cualitativas de la  Inseguridad Alimentaria y el Hambre. En la actualidad,  la medición de la (In)Seguridad Alimentaria es una necesidad que se impone como  una condición para el combate eficaz contra la pobreza; este tipo de mediciones  está basado en Escalas, o como se acostumbra decir en Estados Unidos, Módulos. 
  Estas mediciones tienen un buen  fundamento científico y, una vez concluido el trabajo de la metodología y  aplicación de la medición, pueden realizarse y analizarse rápidamente. Tal vez  una de las cualidades más importantes de estas mediciones es que la información  obtenida proporciona también un concepto de Seguridad Alimentaria fácil de  comprender por los responsables de formular políticas. La importancia de las  mediciones cualitativas es que incorporan como elementos esenciales la forma en  que las personas más afectadas perciben la Inseguridad Alimentaria y el hambre,  y por lo tanto, estos métodos cualitativos son mediciones más directas de la  Inseguridad Alimentaria.
  Si se reflexiona sobre este método de  medición se puede observar que existe una óptica diferente de establecer o definir  a la población que se encuentra en estado de Inseguridad Alimentaria, porque  aunque la fuente de información es la misma, de alguna manera es el  investigador el que de acuerdo a sus interpretaciones define quién o quiénes  están en inseguridad alimentaria, sin embargo, en este tipo de mediciones son  la persona o la familia, sin ningún filtro interpretativo del analista, quienes  afirman: “Yo estoy en inseguridad alimentaria, yo tengo hambre”. Con estas  mediciones se obtienen datos importantes sobre la manera como las familias experimentan  el hambre y la inseguridad alimentaria.
  Una de las discusiones que se  presentaron en el Simposio Científico Internacional sobre la medición de la  Inseguridad Alimentaria fue que las mediciones cualitativas no deberían  denominarse como tales ya que también recopilan información cuantitativa y sus  resultados se cuantifican en una forma estadísticamente rigurosa. Por otro  lado, se propusieron nombres como: “mediciones directas”, “mediciones basadas  en la experiencia” o “mediante la experiencia” de la Inseguridad Alimentaria y  el hambre (FAO, 2002). Este simposio internacional reconoció que este tipo de  mediciones, mediante módulos o escalas, se basa en una metodología que posee  aspectos muy positivos en cuanto a validez, pertinencia y utilidad.
  La Escala Latinoamericana y del Caribe  sobre Seguridad Alimentaria (ELCSA) pertenece a este tipo de mediciones. Este  trabajo pretende aportar conocimientos sobre el origen, desarrollo y aplicación  en México que ha tenido la ELCSA.
Escala Latinoamericana  y del Caribe sobre Seguridad Alimentaria
  La importancia de medir la seguridad  alimentaria en estos países con un instrumento cuya metodología de aplicación  sea sencilla y barata, radica en que casi todos los países de estas regiones  están en vías de desarrollo o aún pueden considerarse subdesarrollados,  características que los convierte en lugares donde aún se asientan familias que  pueden considerarse campesinas y que, de alguna manera, aunque sea de manera  parcial, viven del campo, pero la realidad es que 84 % de las explotaciones  familiares abarcan menos de dos hectáreas y ocupan únicamente 12 % de la  superficie agrícola, lo cual significa que la mayoría de los agricultores  familiares son pobres y que están siendo afectados por la inseguridad  alimentaria (FAO, 2014).
  Los países latinoamericanos y caribeños  que están en esta situación requieren de métodos para medir la inseguridad  alimentaria y el hambre a partir de tres cualidades importantes: a) no  requieren grandes cantidades de presupuesto, b) su aplicación y obtención de  resultados es ágil, lo que puede ser fundamental para los encargados de  formular las políticas apropiadas, c) genera resultados eficaces a nivel de  programas y proyectos para orientarlos hacia objetivos específicos e incluso  medir su impacto a plazos determinados.
  El fin último que se persigue es la  lucha eficaz contra la pobreza y, sobre todo, contra su efecto más dramático:  el hambre. En la búsqueda de variables asociadas a la Inseguridad Alimentaria  siempre se descubre que el principal determinante de la inseguridad alimentaria  en el hogar es la pobreza (Latham, 2002).
¿Qué es la ELCSA?
  La ELCSA es una herramienta de medición  directa basada en la experiencia que tienen los hogares sobre la Inseguridad  Alimentaria (FAO, 2012). Esta herramienta ha demostrado a lo largo del tiempo que  mide lo que quiere medir, lo que le ha valido la aceptación y el reconocimiento  de los organismos internacionales, cuya preocupación es precisamente medir la  inseguridad alimentaria. La FAO le ha otorgado su reconocimiento y apoyo porque  mediante esta herramienta se ha logrado una medición directa que ayuda a  comprender el fenómeno de la inseguridad alimentaria, no como una inferencia o  deducción sino a través de una confrontación de las experiencias vivenciales  que los miembros del hogar han tenido en la expresión más extrema de la  pobreza: el hambre. La eficacia y la veracidad de la ELCSA está fuera de dudas,  proporciona una dimensión del hambre que se vive en los hogares y, en  consecuencia, una medida real de la inseguridad alimentaria.
  La ELCSA no es una herramienta de moda,  su valor científico ha sido suficientemente comprobado a través de las  múltiples validaciones a las que ha sido sometida por parte de investigadores de  diversos países latinoamericanos. Para los diferentes gobiernos de la región,  que incluso están adoptando la ELCSA para aplicarla a nivel nacional, también ha  sido importante ya que sus resultados les permiten tomar decisiones de tipo  preventivo o correctivo en relación con la Inseguridad Alimentaria. Esta se  puede diagnosticar mediante la propia ELCSA y, por lo tanto, implementar  programas de desarrollo apropiados de manera selectiva para, posteriormente,  evaluar el impacto de los programas.
  Otra cualidad importante de la ELCSA es  que no mide de manera general o confusa el problema de la inseguridad  alimentaria, sino que permite dimensionarla en tres niveles de inseguridad o en  un estado de seguridad alimentaria: Seguridad Alimentaria, Inseguridad  Alimentaria Leve, Inseguridad Alimentaria Moderada, e Inseguridad Alimentaria  Severa. Los países involucrados pertenecientes a la región Latinoamericana y del  Caribe están adoptando la ELCSA ya que les permite de manera confiable medir  periódicamente su situación real en lo que se refiere a la inseguridad  alimentaria, no sólo con un número, sino también en toda su crudeza. Descubre  situaciones, preocupaciones y percepciones sobre la falta de alimentos no como  un concepto o un elemento estadístico más, sino como una vivencia cotidiana  dolorosa y desesperante.
Antecedentes de la  ELCSA
  El intento específico de medir la  inseguridad alimentaria mediante la existencia de hambre en los hogares, se  remonta a 1984 cuando una dependencia gubernamental de Estados Unidos reportó  la existencia de grupos de personas que padecían hambre, sin embargo, no se contaba  con información suficiente sobre las características de estos grupos, ni con una  cuantificación que, de alguna manera, dimensionara el problema (FAO, Ohio State  University, 2012).
  Concretamente, las escalas de medición  de la seguridad alimentaria, tal y como se conocen en la actualidad, tuvieron su  origen en un reporte para el monitoreo nacional en nutrición e investigación relacionada  (National Nutrition Monitoring and Related Research Act). Este reporte tiene como  principal objetivo buscar la estandarización de instrumentos de medición de la  inseguridad alimentaria, de tal manera que el país cuente con medidas  confiables y no dispersas que permitan la medición y el monitoreo del problema  (Hamilton et al., 1997, pp. 1- 13). Del reporte surgen dos instrumentos que son  las fuentes de las escalas de medición de la seguridad alimentaria: el Proyecto  Comunitario para Identificar Hambre en la Niñez: Community Childhood Hunger  Identification Proyect (CCHIP) y la Escala de Radimer/Cornell (Radimer, Olson,  Greene, Campbell, Habicht, 1992). Estos dos instrumentos son aprovechados para  estructurar la primera escala formalmente sistematizada y así medir la  inseguridad alimentaria en Estados Unidos: Household Food Security Supplemental  Module (HFSSM). Con este instrumento se elabora desde 1995 un reporte anual  sobre la situación de inseguridad alimentaria en ese país (Hamilton et al.,  1997).
  La influencia que tuvo la HFSSM como  herramienta apropiada para medir la inseguridad alimentaria fue grande, así  que, junto con otras escalas fundamentadas en ella, fue adaptada a otros países  ya que se trataba de un instrumento sencillo y económico.
  Los países que primero adaptaron sus  escalas, aprovechando la experiencia de Estados Unidos, fueron los  sudamericanos, por ejemplo, Brasil, que generó su propia escala (EBIA) tomando  como base la HFSSM. Otros países, como Ecuador, no crearon su propia escala,  sino que adoptaron la HFSSM y la sometieron a procesos o estudios de validación  (Hackett, Melgar, Álvarez, 2007); México (Melgar et al., 2005); Bolivia  (Melgar, 2006); Argentina (Fiszbein, 2003). Incluso en Canadá se utiliza una  versión equivalente a la HFSSM para evaluar y monitorear la inseguridad  alimentaria (Health Canadá, 2004).
  Por otra parte, el índice CCHIP (proyecto-propuesta),  nacido en Massachusets también ha sido tomado como base para generar otras  escalas en países sudamericanos como Venezuela, donde se creó una escala propia  inspirada en el CCHIP para realizar estudios de inseguridad alimentaria en  hogares periurbanos (Lorenzana, Mercado, 2002). Aprovechando la experiencia  venezolana, Colombia también creó su escala (Álvarez, Estrada, Melgar, 2006)  para medir la inseguridad alimentaria doméstica.
  Los estudiosos en el tema se han esforzado  por evitar la diversificación y encontrar homogeneidad a partir de las  experiencias derivadas del índice CCHIP en Venezuela y Colombia, así como las  de Radimer/Cornell, HFSSM y la Escala Brasileña (EBIA). La necesidad de un  instrumento unificador generó un proceso evolutivo natural de intercomunicación  con investigadores latinoamericanos, cuyos esfuerzos e intereses comunes por la  búsqueda del intercambio de experiencias con el propósito de promover el  desarrollo de una escala única para la medición de la (In)seguridad alimentaria  en los hogares de América Latina y el Caribe, dio como resultado la Escala  Latinoamericana y del Caribe sobre Seguridad Alimentaria (ELCSA), cuyas bases  inmediatas son la Escala Lorenzana Colombiana, la Escala Brasileña EBIA y los elementos  de la propia HFSSM. 
Figura 1. Evolución ELCSA.
Fuente: elaboración propia
La ELCSA y su desarrollo
  A partir de su nacimiento, la ELCSA ha estado  posicionándose como la opción más adecuada para medir la inseguridad  alimentaria en los países de América Latina y el Caribe, sobre todo porque la  agilidad en su manejo y pronta obtención de resultados permite su aplicación  con objeto de diagnosticar la situación de una localidad, región o país en  donde se van a implementar programas de ataque contra la pobreza y,  posteriormente, mediante la propia ELCSA, medir objetivamente la operatividad  de dichos programas.
  Tal vez el reto más importante es que  los expertos lograron explotar las cualidades intrínsecas de la Escala y  obtuvieron consensos que armonizan la metodología de la ELCSA como una medida  válida del nivel de inseguridad alimentaria en los hogares. 
  La primera versión consensuada de la  ELCSA es el resultado de la Primera Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre  la Medición de la Inseguridad Alimentaria (CLACMESA I) que se realizó en  Antioquía, Colombia en 2007 (Pérez, Álvarez, Segall, Melgar, Nord, 2007, pp. 76  - 164) con la participación de once países. A partir de esta primera  conferencia, el desarrollo del uso y afianzamiento de la ELCSA ha sido  espectacular. Esta primera versión consensuada fue aplicada por primera vez en  Haití en 2007 y considerada de suma importancia porque representaba una prueba  de fuego debido a las condiciones de extrema pobreza (Pérez, 2009).
  Poco después, la ELCSA comenzó a ser  aplicada en estudios locales, como encuestas estatales y nacionales. A nivel  nacional, la ELCSA fue aplicada en Colombia en la Encuesta Nacional de  Condiciones de Vida (ENCOVI) en 2008. 
  Los resultados, obtenidos por la ELCSA  después de CLACMESA I, confirmaron la validez de la ELCSA, por lo que se  realizó la Segunda Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre la Medición  de la Inseguridad Alimentaria (CLACMESA II), con el fin de presentar y discutir  los resultados obtenidos. Esta conferencia se llevó a cabo en la Universidad de  Campinas (UNICAMP), Brasil en el año 2009.
  La contribución más importante de esta  conferencia fue la decisión de comenzar el proceso de armonización de la ELCSA  en encuestas nacionales de la región, para lo cual se propuso la organización  del primer taller de armonización, cuyo objetivo es contar con una herramienta  que permita hacer mediciones comparables entre los países con mayor afinidad, aunque  aplicaciones previas con versiones algo diferentes de la ELCSA ya habían  mostrado capacidad de comparabilidad entre los países donde se aplicó dicho  instrumento (Melgar, 2010).
  El taller regional de armonización de la  ELCSA se llevó a cabo en 2010 en el Instituto de Salud Pública en Cuernavaca,  México; el taller contó con el patrocinio de la FAO (FAO, INSP, 2010) y la  representación de México, Guatemala, Nicaragua, Honduras, el Salvador y Perú.  El resultado más sobresaliente de este taller fue la versión armonizada de la  ELCSA.
  Como consecuencia de este taller, fue  incorporada a la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2011 en Nicaragua.
  Un segundo taller regional se llevó a  cabo en julio de 2011 en Bogotá, Colombia, al cual acudieron representantes de  Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú y Colombia (FAO, 2011). En este taller se  discutió la versión armonizada de la ELCSA del taller de Cuernavaca, y además  se unificaron criterios para someter a la ELCSA a procesos de validación  interna y externa.
Otros talleres de alcance nacional  fueron organizados en Bolivia y Paraguay. Actualmente, la ELCSA ha sido  incorporada a la evaluación del Programa Desnutrición Cero que implementó el  gobierno de Bolivia, mientras que en Ecuador fue incorporada esta escala como  parte del programa INTI (Intervención Nutricional Territorial Integral).
La ELCSA en México
  El uso de escalas para medir la  inseguridad alimentaria en México se remonta a principios de este siglo; se usó  una adaptación de la HFSSM en la Sierra de Manantlán, Jalisco, versión que fue  validada con éxito. Este estudio formó parte del proyecto PLAN (Planificación  Local de la Agricultura y la Naturaleza).
  En mayo de 2004, Parás y Pérez  reportaron el uso de una versión del HFSSM (basada en la que se utilizó en  Brasil), y que fue aplicada a una muestra de la Ciudad de México como parte de  una encuesta de opinión pública denominada “El Termómetro Capitalino” (Parás, Pérez,  2004). Un reporte que apareció en la Revista  Universidad del Valle de Atemaxac en 2007 menciona la aplicación de una  versión de esta escala a adultos mayores en asociación con la Diabetes Mellitus  tipo 2, hipertensión y osteoartritis (Dávila, Torres, Márquez, 2007).
  Se reportó también un estudio llevado a  cabo en el 2002, publicado en el 2006, donde se usó una versión de la escala  Radimir/Cornell aplicada a ancianos pobres de la Ciudad de México (Rivera, Guerrero,  2006).
  Existen otros estudios llevados a cabo  en la Ciudad de México y Querétaro, en los que se aplicaron versiones  adaptadas, principalmente de HFSSM. Este resumen muestra que México, antes de  la ELCSA, ya conocía la eficacia y la utilidad de los estudios cualitativos  para cuantificar la Inseguridad Alimentaria mediante las escalas.
  Las experiencias mencionadas despertaron  el interés de los estudiosos e investigadores del sector público y privado por  promover y asistir a la Primera Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre  la Medición de la Inseguridad Alimentaria (CLACMESA I), celebrada en Antioquía,  Colombia, donde los mexicanos fueron protagonistas.
La versión consensuada de la ELCSA,  fruto de esta primera conferencia, fue utilizada de inmediato en el estado de  Guanajuato en una muestra de 1199 entrevistados, que en 2008 fue aplicada en  una encuesta de opinión “Barómetro de las Américas” del Proyecto de Opinión  Pública Latinoamericana (LAPOP por sus siglas en inglés) con una muestra de  1511 hogares (Parás, Pérez, 2008). Dicha encuesta se aplicó a nivel nacional y  sus resultados fueron publicados y diseminados ampliamente a tal grado que  contribuyeron al debate sobre la problemática de la inseguridad alimentaria e  influyeron para que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de  Desarrollo Social (CONEVAL) adoptara la ELCSA de manera oficial como instrumento  para medir uno de los indicadores más importantes de la medición  multidimensional de la pobreza adoptada por la SEDESOL en 2008. En ese año, la  Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH, 2008) incorporó una  versión simplificada de la ELCSA en su cuestionario, conocida como Escala  Mexicana de Seguridad Alimentaria (EMSA). Sin embargo, para los años 2010, 2012  y 2014, la ENIGH abandonó esta escala y adoptó la ELCSA en su versión emanada  de CLACMESA I, posteriormente armonizada en el taller llevado a cabo en  Cuernavaca. Otro estudio que adoptó la ELCSA para integrarla a sus encuestas en  México es la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ESANUT), que también se  levanta cada dos años.
La mecánica mediante la cual CONEVAL mide el indicador de carencia por acceso a la alimentación, uno de los factores integradores de la pobreza multidimensional, es mediante los resultados de la ELCSA que describen la situación de Seguridad Alimentaria identificando tres niveles de Inseguridad Alimentaria en los Hogares (IAH). Para construir estos tres niveles de IAH, la ELCSA tiene 15 ítems (En México, CONEVAL decidió aumentar una pregunta más a la ELCSA (pregunta 9) por lo que ahora consta de 16 preguntas (ver anexo), con opción de respuestas dicotómicas (Sí – No). Son 8 (en México 9) preguntas dirigidas a los adultos del hogar y 7 que involucran a menores de 18 años, por lo tanto, en hogares donde hay menores de 18 años los entrevistados responden a 16 preguntas. De acuerdo a las preguntas contestadas afirmativamente, los puntos de corte para identificar los niveles de IAH se muestran en el cuadro 1.
Cuadro 1. Puntos de corte para la clasificación de la (in)seguridad alimentaria  | 
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    Clasificación de la (in)seguridad alimentaria  | 
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Tipo de Hogar  | 
    Seguridad  | 
    Inseguridad leve  | 
    Inseguridad moderada  | 
    Inseguridad severa  | 
  ||
Hogares integrados solamente por personas adultas  | 
    0  | 
    1 a 3  | 
    4 a 6  | 
    7 a 8  | 
  ||
Hogares integrados por personas adultas y menores de 18 años  | 
    0  | 
    1 a 5  | 
    6 a 10  | 
    11 a 15  | 
  ||
Fuente: FAO, 2012, p. 68
Para calcular la carencia por acceso a la alimentación, el CONEVAL toma los resultados de la Inseguridad Alimentaria Moderada y los de la Inseguridad Alimentaria Severa; estos dos grados de Inseguridad Alimentaria en los hogares conforman la carencia por acceso a la alimentación.
Conclusión
  La ELCSA es una herramienta de bajo  costo, rápida aplicación y fácil interpretación; además ha demostrado tener una  alta validez y confiabilidad en los diversos campos de aplicación, desde el  nivel local hasta el nivel nacional, en encuestas gubernamentales, estudios  académicos y sondeos de opinión pública. Esta escala tiene gran potencial para  seguir contribuyendo a la mejor comprensión de la distribución, causas y  consecuencias de la Inseguridad Alimentaria.
  En México, la versión de la ELCSA fruto  de CLACMESA I ya armonizada se ha aplicado para conocer principalmente la  asociación existente de la Inseguridad Alimentaria con variables  socio-económicas de grupos de población bien identificados.
En México, a pesar de que dicha  herramienta se aplica en dos encuestas periódicas (ENIGH y ENSANUT), y de que  el interés por conocerla va en aumento, todavía se encuentra en etapa germinal.  El propósito del presente estudio es aumentar el interés en ella.  
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